A principios de la década de los setenta, por la mañana, trabajaba como maestro rural en una primaria de la zona de Pahuatlán Puebla y, por las tardes, estudiaba la prepa en la escuela Preparatoria No. 2 de la Universidad Autónoma de Hidalgo. yo vivía en Tulancingo Hidalgo.
La Prepa dos, como se conocía la escuela, era vespertina y al principio funcionaba en un edificio del centro de la ciudad que era prestado. Poco despuès empezó a funcionar en una escuela secundaria en la periferia de la ciudad. Su plan de estudios era de tres años, lo que para ese entonces, era una novedad ya que la mayoría de prepas funcionaba con planes de dos años.
Cada profesor era muy peculiar en su forma de enseñar. La profesora Mazotti de química, eran dos hermanas pero clases sólo me dio una, nos platicaba de la Universidad Nacional Autónoma de México y era muy paciente, narraba la química, de tal suerte, que nosotros veíamos el desplazamiento de los átomos. Matemáticas nos daba el profesor Rosete, quien había sido alumno de José Ma. Sánchez Meza en la Normal Superior de México, tenía un método que consistía en concursar cada día y por lo tanto no queriamos faltar, aprendimos mucho. Historia de México nos daba otro profesor que dividía al grupo en dos bandos; uno defendía a Benito Juárez y el otro lo atacaba. Así aprendí historia, debatiendo la lucha de liberales contra conservadores.
Como la prepa no tenía edificio y enfrente había un terreno de cultivo, un dia el profesor de Historia nos indujo a invadir el terreno para exigir al municipio que lo expropiara o lo comprara y nos construyera nuestra escuela. Asi lo hicimos, como delincuentes dicen hoy, nos apoderamos de lo ajeno.
Por eso recuerdo a mi profesor de Historia de México, un profesor joven, delgado y ya calvo.
Ese que fue mi maestro que me enseñó a desafiar la Ley, hoy lo he visto en la tele. Luce cansado.
El profesor, nos envia un mensaje: hay que cumplir la Ley.
Que si sales a la calle y no te comportas te acusa de terrorismo y te manda a una prisión de máxima seguridad.
Ese profesor se llamaba Jesús Murillo Karam, hoy procurador general de la República.
Pienso que, si en ese entonces hubieran aplicado su concepto de "cumplir la Ley", él y nosotros los alumnos, seguiríamos presos en Nayarit o en la prisión del Altiplano.
Pienso que, si en ese entonces hubieran aplicado su concepto de "cumplir la Ley", él y nosotros los alumnos, seguiríamos presos en Nayarit o en la prisión del Altiplano.
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