Los docentes debemos lograr que todos los niños participen en la clase, porque nunca falta uno o dos que no quieren hacer nada. No traen libreta, llegan tarde, molestan a los demás, “se vuelan las clases”. Su expediente está lleno de reportes.
En el ciclo anterior, había un joven en segundo grado, llamado Alonso que no quería trabajar.
Al principio, cuando apenas había recibido a ese grupo, encontré a Alonso en el pasillo después del receso, antes de entrar al salón le dije:
─¿Quieres ayudarme a hacer un dibujo en el pizarrón? porque ya supe que eres un buen dibujante.
─¿Yoooo?, pero si los maestros ni me toman en cuenta, todos me reportan, en mi casa no me quieren, y usted me dice que le ayude, no manche profa ─me respondió.
─Mira Alonso, todos necesitamos ayuda de los demás, pero si tú no me quieres ayudar, pues le pido ayuda a otro alumno, sólo dime quien más dibuja bien en tu salón.
─Mmmm... bueno pues, si me deja que me ayude mi amigo Javier, si paso al pizarrón si no, pues no.
─Está bien Alonso puedes hacer el dibujo con quien tú quieras.
En la siguiente clase ya estaban Alonso y Javier esperándome afuera del salón:
─¡Qué onda profa.! ¿Qué hoy no la vamos a ayudar?, nosotros somos buenos para dibujar.
Me sentí mal por no haber hecho nada por él, cuando me enteré de que ya no era alumno , era porque ya no lo vería nunca más.
Algunos docentes no comprendemos a tiempo que tenemos una gran responsabilidad en nuestras manos, que nuestros niños son seres humanos que necesitan comprensión, y el amor que muchas veces no les dan sus padres porque trabajan y no se ocupan de ellos con el pretexto de que ya están grandes.
Desafortunadamnte la historia que usted nos relata, se da con cierta frecuencia en los planteles escolares. Y lo mas lamentable es que algunos docentes no demuestran tacto para poder orientar a los alumnos para que recuperen el interes en el estudio; hoy por hoy los jóvenes de secundaria necesitan del tiempo de los padres, y de nosotros como docentes el motivarlos para que reconozcan en ellos sus capacidades y no los hagamos sentir que no pueden lograr sus objetivos.
ResponderEliminarHay que esmerarnos en el compormiso que adquirimos al ser docentes de alumnos de secundaria, y considerar la etapa por la que atraviesan en la cual necesitan del apoyo de quienes les rodean, y nosotros como maestros somos uno de ellos.