miércoles, 24 de octubre de 2007

HISTORIAS DE MI CORREO



¿DONDE ESTÁS ALONSO?
Los docentes debemos lograr que todos los niños participen en la clase, porque nunca falta uno o dos que no quieren hacer nada. No traen libreta, llegan tarde, molestan a los demás, “se vuelan las clases”. Su expediente está lleno de reportes.
En el ciclo anterior, había un joven en segundo grado, llamado Alonso que no quería trabajar.
Al principio, cuando apenas había recibido a ese grupo, encontré a Alonso en el pasillo después del receso, antes de entrar al salón le dije:

─¿Quieres ayudarme a hacer un dibujo en el pizarrón? porque ya supe que eres un buen dibujante.

En realidad yo no sabía si lo era o no.

─¿Yoooo?, pero si los maestros ni me toman en cuenta, todos me reportan, en mi casa no me quieren, y usted me dice que le ayude, no manche profa ─me respondió.

Me sentí ridícula, pero insistí.

─Mira Alonso, todos necesitamos ayuda de los demás, pero si tú no me quieres ayudar, pues le pido ayuda a otro alumno, sólo dime quien más dibuja bien en tu salón.

Se quedó pensando…

─Mmmm... bueno pues, si me deja que me ayude mi amigo Javier, si paso al pizarrón si no, pues no.

─Está bien Alonso puedes hacer el dibujo con quien tú quieras.

Les expliqué que de su dibujo dependía que todo el grupo entendiera la clase, les di gises de colores, ambos se esmeraron en dibujar un mapa de la República Mexicana con sus respectivos husos horarios. Sus compañeros quedaron sorprendidos y hasta un aplauso les brindaron. Agradecí la ayuda de los niños, los felicité también y le dije al grupo que todos iban a participar durante el ciclo escolar.
En la siguiente clase ya estaban Alonso y Javier esperándome afuera del salón:

─¡Qué onda profa.! ¿Qué hoy no la vamos a ayudar?, nosotros somos buenos para dibujar.

Durante el primer y segundo bimestre Alonso siempre quería participar, desafortunadamente tenía muchos reportes y contínuamente “se volaba las clases” de otros maestros, tiempo después, éstos vieron aliviados sus sufrimientos al enterarse que Alonso se había ido para siempre de la escuela por “traslado”.
Me sentí mal por no haber hecho nada por él, cuando me enteré de que ya no era alumno , era porque ya no lo vería nunca más.
Algunos docentes no comprendemos a tiempo que tenemos una gran responsabilidad en nuestras manos, que nuestros niños son seres humanos que necesitan comprensión, y el amor que muchas veces no les dan sus padres porque trabajan y no se ocupan de ellos con el pretexto de que ya están grandes.

1 comentario:

  1. Desafortunadamnte la historia que usted nos relata, se da con cierta frecuencia en los planteles escolares. Y lo mas lamentable es que algunos docentes no demuestran tacto para poder orientar a los alumnos para que recuperen el interes en el estudio; hoy por hoy los jóvenes de secundaria necesitan del tiempo de los padres, y de nosotros como docentes el motivarlos para que reconozcan en ellos sus capacidades y no los hagamos sentir que no pueden lograr sus objetivos.
    Hay que esmerarnos en el compormiso que adquirimos al ser docentes de alumnos de secundaria, y considerar la etapa por la que atraviesan en la cual necesitan del apoyo de quienes les rodean, y nosotros como maestros somos uno de ellos.

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