Evaluar no mejora educación, advierten.
En el Foro sobre Evaluación Educativa celebrado en EL UNIVERSAL, el investigador Manuel Gil Antón advirtió que lo que se evalúa se puede mejorar, pero lo que se evalúa mal “sin duda y sin remedio” conduce a empeorar.
El sistema de evaluación universal para los maestros se convirtió en una estrategia de “alto riesgo”, porque no resuelve los viejos problemas de capacitación y mejora de la enseñanza en la educación básica; sólo “agrava y diversifica problemas”, con un alto impacto en los estímulos económicos, sin sanciones posibles a quienes no quieran mejorar, coincidieron investigadores del sector educativo. Para la Secretaría de Educación Pública (SEP), el régimen de valoración de profesores se trata de una reforma de tercera generación.
MANUEL GIL ANTÓN Investigador de El Colegio de México
Hay que partir de que lo que se evalúa se puede mejorar. Pero lo que se evalúa mal, sin duda y sin remedio, conduce a empeorar. Es decir, uno de los grandes riesgos que se ha generado a lo largo de estos últimos años, pero sobre todo con el espectáculo, con el gran show de que por fin va a haber evaluación, es que se está jugando con una cosa muy valiosa como para tratarla con tal superficialidad.
En la medicina moderna ningún niño enfermo se ha curado a termometrazos. Si un niño está enfermo, zúmbele usted termómetro cada media hora y no se va a curar. Y siento sobretermometrotizado el sistema educativo mexicano. Pero, además, si el termómetro es tan malo en el sentido de que no mide lo que quiere medir. Por lo que hemos estudiado, la prueba ENLACE ya se convirtió en horizonte, camino, sueño, inicio, fin de todo el sistema por sus implicaciones de alto riesgo y de alto impacto.
El gran riesgo es que esto nos conduzca a bajar la temperatura sin curar la situación y hay maneras de bajar la temperatura sin tocar la infección o el malestar que le están provocando.
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