Humberto Cueva G.
¡Bienvenidas las pruebas! Nos gustaría que el aprendizaje de nuestros alumnos se viera reflejado en los resultados de la Prueba ENLACE y en todo tipo de exámenes ¡ A todos nos gustaría! Pero ante un ambiente de “examinitis”, cabe preguntar :
1. ¿Las pruebas producen aprendizaje?
2. ¿Alguien tiene evidencias de que se aprende con exámenes?
3. ¿ “Enseñar con reactivos” (“enseñar para la prueba”) es equiparable a enseñar a aprender, a buscar y seleccionar información?
4. ¿ Al “ejercitar” a los alumnos a resolver pruebas se favorece el desarrollo de sus competencias de aprendizaje?
5 . ¿Un grupo de alumnos mejora (o empeora) porque sube ( o baja) los puntajes?
Iniciemos la discusión reconociendo un hecho: está prosperando el mercado de las pruebas escolares. “Institutos de consultoría educativa” (“¡Aproveche las ofertas!”) compiten por la venta de instrumentos semejantes a los de ENLACE,
con la idea de que, en la medida que los alumnos resuelvan muchos reactivos,
mejorarán sus resultados en la prueba ENLACE que se aplica en el mes de Abril
de cada año escolar.
Las pruebas de opción múltiple, como las de ENLACE, permiten determinar
posiciones y establecer rankings* entre los individuos que las responden. Este ranking se construye en relación a un promedio estandarizado. El creador de estas pruebas, Robert Glaser,** ha sido muy claro en afirmar que estas pruebas no miden lo que saben los alumnos, ni lo que ellos saben hacer.
Para evaluar lo que los alumnos saben (o saben hacer) se necesitan instrumentos con indicadores de desempeño plasmados en escalas estimativas que hagan referencia a actividades y productos de lenguaje. La única competencia que miden las pruebas referidas a norma , según el propio Glaser, es la capacidad de recordar procedimientos o reconocer la opción correcta en reactivos de opción múltiple**. Es un error conceptual decir que este tipo de prueba mide lo que saben (o saben hacer) los alumnos.
Un error más grave aún, consiste en valorar el puntaje que se obtiene como indicador de una educación de calidad. Puntaje no es calidad; calidad no es puntaje, nos aclara el experto en evaluación Juan Casassus***. Una educación de calidad tiene que ver con la capacidad que tiene la escuela de facilitar que los alumnos se transformen en personas competentes. El nivel de calidad en la educación de una escuela es proporcional a los tipos de preguntas que se plantean en las clases, al tipo de proyectos en los cuales se pueden embarcar y al tipo de problemas que son capaces de resolver.
Mejorar el puntaje no debe ser el propósito primordial de la clase de Español, los propósitos curriculares son mucho más amplios (Véase “Propósitos para la enseñanza ” en el Programa de Español (pp. 13-14)
La prueba no debe convertirse en el foco de la escuela”, reitera Casassus, “…en la medida que se enfoca la atención en los resultados, la prueba pasa a tener un peso mayor que el currículo en el proceso pedagógico del aula. El énfasis en las pruebas tiende a transformarse, en los hechos, en el currículo real”. Al insistir en las pruebas, la clases se vacían de contenidos.
Cuando se enfoca la atención de los alumnos en la aplicación de pruebas , la clase de Español tiende a descarrilarse en una dinámica donde los contenidos se vuelven superficiales.
Desengañémonos: No hay exámenes que puedan reemplazar a los proyectos didácticos.
Deseamos buenos resultados, y precisamente porque los deseamos, es que se deben trabajar cuidadosamente los proyectos didácticos . Los alumnos que tienen oportunidades de participar en actividades orientadas a la construcción de productos de lenguaje, como se postula en los proyectos, se forman en condiciones favorables para aplicar exitosamente toda índole de pruebas escolares .
Las escuelas donde persiste la demanda de pruebas para “enseñar” o “entrenar”, deben considerar estrategias más significativas para el aprendizaje.
Ciertamente, los alumnos deben tener oportunidad de conocer diversos tipos de preguntas, cómo se estructuran y cómo deben responderse.
¿Dónde están los cuadernillos de preguntas de la prueba ENLACE aplicada en todas las escuelas el pasado mes de Abril?
Les tengo una buena noticia: tales cuadernillos están guardados en las escuelas, y sería interesante, como ejercicio didáctico, que los cuadernillos fueran llevadas de nuevo a las aulas para su análisis con los alumnos. Al concluir un proyecto o un bloque, sería interesante identificar qué reactivos se relacionan con lo trabajado, analizando grupalmente las opciones que correspondan. Los alumnos pueden incluso construir reactivos con la orientación de su maestro, considerando secuencias como la siguiente:
Secuencia de actividades para que los alumnos elaboren pruebas.
1.El maestro reparte temas vistos en clase a los alumnos organizados en equipos.
2.Los equipos elaboran preguntas sobre los temas asignados por el maestro.
3.Deciden qué información es más importante en un tema estudiado para hacer las
preguntas.
4. Formulan preguntas y anticipan el tipo de respuesta al hacer cada pregunta.
5.Revisan los cuestionarios realizados.
6. Verifican que las respuestas sean claras.
7.Discuten qué respuestas son las que responden adecuadamente las preguntas.
8.Discuten cómo plantear las preguntas (de opción múltiple, de completar,etc.)
9.Reescriben algunas que consideren poco claras, considerando la forma de solicitar
información y lo que desean obtener de ésta.
10.Guardan los cuestionarios elaborados para futuras consultas.
1. ¿Las pruebas producen aprendizaje?
2. ¿Alguien tiene evidencias de que se aprende con exámenes?
3. ¿ “Enseñar con reactivos” (“enseñar para la prueba”) es equiparable a enseñar a aprender, a buscar y seleccionar información?
4. ¿ Al “ejercitar” a los alumnos a resolver pruebas se favorece el desarrollo de sus competencias de aprendizaje?
5 . ¿Un grupo de alumnos mejora (o empeora) porque sube ( o baja) los puntajes?
Iniciemos la discusión reconociendo un hecho: está prosperando el mercado de las pruebas escolares. “Institutos de consultoría educativa” (“¡Aproveche las ofertas!”) compiten por la venta de instrumentos semejantes a los de ENLACE,
con la idea de que, en la medida que los alumnos resuelvan muchos reactivos,
mejorarán sus resultados en la prueba ENLACE que se aplica en el mes de Abril
de cada año escolar.
Las pruebas de opción múltiple, como las de ENLACE, permiten determinar
posiciones y establecer rankings* entre los individuos que las responden. Este ranking se construye en relación a un promedio estandarizado. El creador de estas pruebas, Robert Glaser,** ha sido muy claro en afirmar que estas pruebas no miden lo que saben los alumnos, ni lo que ellos saben hacer.
Para evaluar lo que los alumnos saben (o saben hacer) se necesitan instrumentos con indicadores de desempeño plasmados en escalas estimativas que hagan referencia a actividades y productos de lenguaje. La única competencia que miden las pruebas referidas a norma , según el propio Glaser, es la capacidad de recordar procedimientos o reconocer la opción correcta en reactivos de opción múltiple**. Es un error conceptual decir que este tipo de prueba mide lo que saben (o saben hacer) los alumnos.
Un error más grave aún, consiste en valorar el puntaje que se obtiene como indicador de una educación de calidad. Puntaje no es calidad; calidad no es puntaje, nos aclara el experto en evaluación Juan Casassus***. Una educación de calidad tiene que ver con la capacidad que tiene la escuela de facilitar que los alumnos se transformen en personas competentes. El nivel de calidad en la educación de una escuela es proporcional a los tipos de preguntas que se plantean en las clases, al tipo de proyectos en los cuales se pueden embarcar y al tipo de problemas que son capaces de resolver.
Mejorar el puntaje no debe ser el propósito primordial de la clase de Español, los propósitos curriculares son mucho más amplios (Véase “Propósitos para la enseñanza ” en el Programa de Español (pp. 13-14)
La prueba no debe convertirse en el foco de la escuela”, reitera Casassus, “…en la medida que se enfoca la atención en los resultados, la prueba pasa a tener un peso mayor que el currículo en el proceso pedagógico del aula. El énfasis en las pruebas tiende a transformarse, en los hechos, en el currículo real”. Al insistir en las pruebas, la clases se vacían de contenidos.
Cuando se enfoca la atención de los alumnos en la aplicación de pruebas , la clase de Español tiende a descarrilarse en una dinámica donde los contenidos se vuelven superficiales.
Desengañémonos: No hay exámenes que puedan reemplazar a los proyectos didácticos.
Deseamos buenos resultados, y precisamente porque los deseamos, es que se deben trabajar cuidadosamente los proyectos didácticos . Los alumnos que tienen oportunidades de participar en actividades orientadas a la construcción de productos de lenguaje, como se postula en los proyectos, se forman en condiciones favorables para aplicar exitosamente toda índole de pruebas escolares .
Las escuelas donde persiste la demanda de pruebas para “enseñar” o “entrenar”, deben considerar estrategias más significativas para el aprendizaje.
Ciertamente, los alumnos deben tener oportunidad de conocer diversos tipos de preguntas, cómo se estructuran y cómo deben responderse.
¿Dónde están los cuadernillos de preguntas de la prueba ENLACE aplicada en todas las escuelas el pasado mes de Abril?
Les tengo una buena noticia: tales cuadernillos están guardados en las escuelas, y sería interesante, como ejercicio didáctico, que los cuadernillos fueran llevadas de nuevo a las aulas para su análisis con los alumnos. Al concluir un proyecto o un bloque, sería interesante identificar qué reactivos se relacionan con lo trabajado, analizando grupalmente las opciones que correspondan. Los alumnos pueden incluso construir reactivos con la orientación de su maestro, considerando secuencias como la siguiente:
Secuencia de actividades para que los alumnos elaboren pruebas.
1.El maestro reparte temas vistos en clase a los alumnos organizados en equipos.
2.Los equipos elaboran preguntas sobre los temas asignados por el maestro.
3.Deciden qué información es más importante en un tema estudiado para hacer las
preguntas.
4. Formulan preguntas y anticipan el tipo de respuesta al hacer cada pregunta.
5.Revisan los cuestionarios realizados.
6. Verifican que las respuestas sean claras.
7.Discuten qué respuestas son las que responden adecuadamente las preguntas.
8.Discuten cómo plantear las preguntas (de opción múltiple, de completar,etc.)
9.Reescriben algunas que consideren poco claras, considerando la forma de solicitar
información y lo que desean obtener de ésta.
10.Guardan los cuestionarios elaborados para futuras consultas.
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