Shartat y el Rey León
Una vez el reino animal se había reunido para celebrar un festín con ocasión de la mayoría de edad del hijo del rey león. A la invitación, acudieron todos los animales de la sabana, grandes, pequeños, feroces, amables…todos sin distinción disfrutaban del festín.
Después del baile de las panteras, empezó uno de los bailes más bellos de la noche, el baile del avestruz macho (dlim). El avestruz se había esmerado en la preparación de su danza para impresionar al león. Los animales aplaudían rabiosamente ante cada pasada de plumas o salto elegante del animal.
Shartat, el oso, andaba saciando un estómago que parecía sin fondo…y de repente no se sabe si para agraciarse con la gente o por indigestión, ante la pasión que levantaba el danzarín, gritó “Es mi sobrino, es mi sobrino”…. El rey disimuló su sorpresa ante el parentesco entre animales tan dispares, y para compensar el esfuerzo del dlim le dio a Shartat un sitio preferente en la tribuna de honor.
Shartat no cabía en sí de gozo, nunca se había visto en otra. De repente, una de las plumas del avestruz salió volando y se fue a posar en la cara del homenajeado, hiriéndole un ojo. El rey saltó para ayudar a su hijo, mientras los demás intentaban localizar al culpable, que aprovechando el desconcierto había puesto pies en polvorosa. Volvieron cabizbajos para anunciar al rey que el dlim se había escapado. A lo que el rey respondió:
- No os preocupéis, tengo a su tío…
Autor del cuento: Cuento tradicional saharahui
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