En primera instancia, reconocer que la lectura entendida como comprensión es un proceso cognitivo socialmente mediado.
Ya sea que el niño lee muy bien o muy precariamente, este hecho es el
resultado de las interacciones culturales con su medio social (padres,
familia, pares, etc.), las cuales han provisto – o desprovisto – al niño
de las herramientas para la lectura. Cuando un niño ve que sus padres
son lectores, es muy probable que exista una tendencia de este niño hacia la lectura, pero si las personas de su entorno inmediato no leen, es probable que el niño tampoco lo haga.
Visto de otra manera, el hecho de que la
lectura sea considerada un aprendizaje mediado socialmente también
implica que, al momento de enseñar este proceso, los docentes deben
hacer uso de esta concepción. Es el adulto (en este caso, el docente) el
que debe mediar entre el estudiante y la lectura, dando apoyos
adecuados para cada estudiante-lector justo en su zona de desarrollo próximo (ZDP).
La lectura así entendida ya no puede ser entregar un texto a un niño
con una guía de muchas preguntas de toda índole para que él las
desarrolle por su cuenta con solo leer. El docente debe enseñar cómo se
comprende, los pasos que hay que dar para llegar a comprender, las
herramientas que se deben usar y los caminos por los que se debe
transitar hacia la comprensión de un texto.
Tomado del blog de Orlando Nieto
http://lecturaycomprension.wordpress.com/tag/teoria-sociocultural/
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