Ciudadanía y
bibliotecas escolares: apuntes de Daniel Cassany para el siglo XXI
En el artículo que aquí publicamos, Daniel Cassany reflexiona
acerca del nuevo rol de las bibliotecas escolares en el contexto de prácticas
de lectura vinculadas con el universo de recursos digitales. Cassany reelabora
y actualiza la conferencia con que inauguró el 11º Congreso Nacional de Lectura
y 1° Encuentro Internacional de Bibliotecas Escolares, celebrado del 23 al 25
de abril de 2013, en la Feria del Libro de Bogotá, (BILBO).
En este artículo, basado en aquella conferencia en Bogotá,
Daniel Cassany, reconocido escritor, investigador y profesor titular en la
Universidad Pompeu Fabra (Barcelona), parte de una idea provocadora y
productiva: las bibliotecas escolares serán cada vez menos un «espacio» para
pasar a ser una «actividad».
Se pregunta Cassany: «¿Cómo me imagino la biblioteca escolar
del siglo XXI, con todo lo que estamos viviendo en avances tecnológicos,
globalización, acceso a la información, redes sociales?» Y continúa:
La palabra “biblioteca” tiene origen griego y significa
literalmente “caja o armario de libros”, de modo que corrientemente la
biblioteca es el “lugar en el que ‘se guardan los libros’ o ‘el lugar en el que
se ponen los libros al servicio de los lectores de la comunidad”. La diferencia
entre “guardar libros” (valiosos, antiguos, únicos, representativos, etc.) y
“ponerlos al servicio del lector” (para educar a la población, incrementar su
cultura e inteligencia, hacerles más felices) es sustancial y marca la
separación entre dos tipos de bibliotecas, la que enfatiza el ‘documento’
(patrimoniales, históricas, archivos) y la que enfatiza al ‘lector’ (biblioteca
popular, de barrio, de escuela).
Sin duda, con la llegada de la red y de todos sus recursos,
cada día menos personas van a la biblioteca a buscar libros, puesto que: a) los
escritos ya se producen y distribuyen en versión digital; b) se digitalizan
algunos de los fondos antiguos más importantes y se cuelgan en la red; c) de
facilitan sistemas y procedimientos sencillos para acceder en línea a todos
estos documentos, y d) surgen otras fuentes de información (redes sociales,
blogs, webs), que satisfacen las necesidades de la ciudadanía. ¿Por qué ir a la
biblioteca si lo que necesito lo puedo tener al instante en casa, o en mi móvil
o en mi portátil? ¿Qué sentido tiene el préstamo de biblioteca, si se pueden
hacer copias gratis e instantáneas de cada documento y se pueden distribuir en
línea?»