Sábado 21 de agosto de 2010, p. 2
El titular de la Secretaría de Salud (Ssa), José Ángel Córdova Villalobos, llamó a los padres de familia a ser la base de la solución
del problema de obesidad que afecta el país, al estar más vigilantes de lo que llevan los niños para ingerir en la escuela.
Sábado 21 de agosto de 2010, p. 2
Durante el recreo escolar los niños pueden llegar a consumir 500 calorías –la mayoría en comida chatarra alta en grasas, carbohidratos simples y azúcares–, a las cuales hay que sumarle las que tienen en el desayuno, la comida y la cena, lo que se convierte en un exceso
, ya que su necesidad energética promedio es de entre mil 400 y 2 mil calorías al día, señaló en entrevista la nutrióloga Viridiana Romero, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Esos productos industrializados suelen tener además saborizantes que hacen a los niños comer más, y si a toda esa grasa y azúcar se le suma la falta de ejercicio, el resultado es un exceso calórico que puede desembocar en un problema de sobrepeso.
Además, los alimentos chatarra tienen una cantidad prácticamente nula de proteínas, minerales y carbohidratos complejos, que son los componentes que más necesitan los menores para tener un desarrollo físico adecuado.
En contraposición, afirmó la especialista, un sándwich o una torta hecho en casa de forma austera (sin muchos embutidos ni condimentos) puede tener unas 280 calorías; una manzana, 55; una naranja, 72; una taza de jícama o zanahoria rallada, 46; un mango, 80, y una taza de ensalada de nopal, 22.
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